"En MIRA reconocieron Cieza
de León y Velasco la existencia de una fortaleza 'con regulares lienzos y
fosos, a la salida del río Mira'. Cieza
la atribuye a los Incas. Nosotros creemos,
como Velasco, de que la fortaleza fue obra de los Colorados, quienes tuvieron
mucho apego por las piedras. Los lienzos
o terraplenes fueron su tipo de construcción, justamente con las fosas para impedir el acceso fácil a la cumbre de la fortaleza". (Pérez, 1960).
No ha existido mayor
preocupación por coleccionar piezas arqueológicas, ni por su estudio,
seguramente por ser una zona con escasa cantidad de objetos en oro.
La mayoría de las obras de
cerámica encontradas son de barro crudo, endurecidas por el calor del sol, o
apenas quemadas, no así las localizadas en El Hato, que son sumamente
finas. Generalmente son de color rojo
obscuro, muy pronunciado, otras solo tienen la tonalidad del barro, amarillento
o café.
Existen, todavía, lugares
importantes; Santiaguillo y Piquer, en donde no se ha excavado mayormente y
que serviría para un estudio particular y de mayor profundidad..
Como algo importante se ha
tomado en cuenta, en la colección arqueológica, reunida por el Obispo González
Suárez, a una figurilla denominada como "Músico de Mira", que actualmente
forma parte del Museo de la Universidad Central del Ecuador. Esta figura
antropomorfa, representa un músico sentado, tocando un tambor y en su cuello
lleva una flauta de cinco canutos desiguales. Tiene grandes adornos en los pabellones de las orejas, dando a entender
que se trataba de un clásico orejón. Lleva en los brazos, manillas de cuentas gruesas y por tocado tiene una cinta ancha atada a la frente.
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